Mucho se habla, de la carga genética, que si el
hombre nace “bueno” como era idea de Rousseau o si el hombre es “ese lobo del
hombre” como decía Hobbes.
Lo cierto, y probado, fuera de toda teoría o idea,
es que lo que forma definitivamente a ese ser humano en sus primeros años de
vida es la Educación.
Educación desde un punto de vista ontológico, no
solo el hecho de reconocer como educación el momento en que se ingresa en un kinder
y luego en una escuela primaria. Educación desde el primer llanto, desde el
primer contacto del individuo con el mundo exterior, o porque no decir, desde
antes.
Esta Educación, es la única salida a todos los males
que aquejan a la humanidad. Única salida a poder decir de una vez por todas,
que la Paz puede ser algo real, no solo una frase y una idea que por el
momento, no deja de ser eso, una idea.
Pero antes de abordar el tema insistiré en que
tengamos cuidado con determinados filtros que el lector sin lugar a dudas, consciente
o inconscientemente, aplicará a esta lectura.
Cuidado con la lógica.
En este mundo, que es real, en el que vivimos; hay
más de un millón y medio de niños sirios que han sido desplazados, despojados
de todo bien, huérfanos, miles de ellos han sido reclutados como soldados,
otros miles mutilados y las niñas especialmente están siendo abusadas en este
momento. Esto tan solo en ese punto de la tierra, entonces, por favor, tengamos
cuidado con la lógica porque lo que pasa actualmente en el mundo no parece ser
muy coherente.
Cuando con 5.000 millones de dólares se puede
terminar con la polio de la faz de la tierra; esa cifra es una simple centésima
de la facturación del complejo militar industrial.
Cuidado con lo que llamamos realidad, para eso
tengamos presente lo que nos decía Arthur Schopenhauer, cuando nos enseñaba que
la verdad pasa por tres filtros “primero es negada, luego puesta a prueba y luego
es aceptada como verdad”.
Las escuelas son fábricas, eso ya lo hemos
mencionado en entradas anteriores de este blog. Creada la educación
precisamente en los tiempos de la revolución industrial, se necesitaba dar
cierta educación a los niños para que pudieran trabajar en fábricas. Se
necesitaba dar cierta educación para dirigir todas esas masas. En Uruguay, se
rumorea que un ex presidente dijo “para gobernarlos hay que educarlos”
(Latorre).
Por eso las escuelas parecen como tales, con timbres
que ofician de “anclajes” símiles a los estímulos de Pavlov, donde nos
colocamos en filas, salimos al recreo en filas y donde principalmente, lo que
hacen los niños es recibir información.
No está contemplado el preguntar, el equivocarse u
otro modo de aprendizaje. Ese es el Status Quo.
Pasan los años y mientras vamos perdiendo más y más
nuestra creatividad (punto que ya abordamos en otra entrada) y vamos recibiendo
más y más información, para intentar lograr un título, que es un papel avalado
por una institución estatal que certifica que cumplimos con determinada carga
de de determinados temas de conocimiento.
Lo increíblemente raro es que, como es de general
conocimiento, salimos con un titulo, entramos en un trabajo y nos damos cuenta
que no sabemos nada, y entonces paso a paso todo lo que se va aprendiendo es
con la experiencia. A esto debemos sumarle que si se le tomara examen a todos
los egresados del supuesto conocimiento que han acumulado de los años
anteriores, menos de la mitad podrían salvar un examen de esos conocimientos.
Este sistema funcionó durante bastante tiempo,
durante muchos años, tres siglos precisamente, pero de pronto en los últimos
años tuvimos un cambio total en el mundo y todo ha quedado patas arriba y se
quiera o no, el sistema educativo está totalmente caduco. Puede servir aún sí,
pero no es funcional con los tiempos que vivimos.
Es algo que no debemos tomarlo a la ligera, porque
el sistema educativo es tan poco natural, que es uno de los responsables (uno,
no el único) de que mientras miramos a un lado y nos asombramos con los
horrores de la inquisición y los crímenes cometidos por Hitler, y lo vemos como
cosa del pasado, en pleno 2014 sigue existiendo la esclavitud en el mundo,
siguen trabajando miles de niños en las minas y las peores atrocidades de
guerra se siguen cometiendo. (¿O deberíamos acordarnos de Abhu Grahib y Guantánamo’?)
EDUCACION, EDUCACION, EDUCACION
REVOLUCIÓN, REVOLUCIÓN, REVOLUCIÓN
“las revoluciones se comen a sus propios hijos”
Revolución Francesa.
El problema es la intolerancia, ahí está la cuestión.
Es una incoherencia pensar que la solución está en una misma manera de pensar,
en una sola religión y en una sola nación mundial.
Si supiéramos practicar la tolerancia, podríamos
aceptar que hay personas que piensan diferente, que tienen otro dios, que
tienen otras costumbres y por ese solo hecho, sabríamos que no tenemos que
obligarlos a que hagan lo que nosotros hacemos, o de lo contrario le cortaremos
la lengua.
Pero la tolerancia se forma cuando tenemos
educadores que nos enseñan a practicarla. Particularmente considero que la
tolerancia no se forma en un escritorio, sino que se forma paso a paso en la
vida. Por eso los viajes nos hacen crecer.
En Bolivia llegan chicos desde Francia por
Intercambios de Grupos de Estudio de Rotary. No saben hablar ni una palabra de español,
sin embargo saben que un año estarán aquí, no tienen otra opción. Al año
dominan el idioma y han crecido notablemente. Cuando se los escuchan son chicos
que han aprendido a reconocer las diferencias y a no criticar lo diferente,
ellos mismos nos dicen que los primeros meses sufrieron. Claro está, son chicos
de 16 años con estructuras mentales bastantes rígidas.
LA IDEA
Hagamos este ejercicio, imaginemos lo siguiente y
vayamos preguntándonos, que pasaría sí?
Qué pasaría si, existiera una organización que todos
sus integrantes son personas de bien, independientemente de la religión que
practiquen, su vida se basa en valores, los valores más altos de la humanidad.
Algunos de ellos: Liderazgo, Diversidad, Integridad, Compañerismo, Servicio y
Tolerancia?
Qué pasaría si esta organización estuviera en todos
los países y contara con miles y miles de familias dispuestas a cambiar el
mundo. Parte de este cambio se dará con la educación.
Qué pasaría si los niños desde pequeños pudieran comenzar
a viajar de país en país, absorbiendo idiomas y conocimientos de arte en las
diferentes culturas, ciencias, pero no diez años en el mismo barrio, en la
misma escuela, sino, viajando por el mundo, de familia en familia?
Qué pasaría si esos niños empezaran a crecer y con
diez años ya dominan más de quince idiomas, habiendo asimilados habilidades en
ambientes controlados en valores, pero abiertos en estímulos, conociendo arquitectura
diferente, religiones diferentes, y principalmente, aprendiendo que sus “tíos”
en Japón, sus “tíos” en Alemania, sus “tíos” en Bolivia son parte de su “enorme”
familia.
Estamos frente a una figura de un ser humano, que
aprende de primera mano cómo es la vida, que las personas pueden ser de colores
diferentes, que pueden hablar otros idiomas, que en vez de tirar por la borda
10 años de aprendizaje sintético dentro de un aula, estudia un mes en una
biblioteca de Tokio con sus guías, a los tres meses está estudiando arte en
Versalles y principalmente, no está pensando en matar a nadie porque es
diferente, y porque le da miedo lo diferente.
EL riesgo
Que importa si estos niños crecen sin diplomas, sin
certificados oficiales de escuelas oficiales que valen sus conocimientos. Seres
humanos con esas capacidades son capaces de crear negocios de la nada, son
capaces de crear soluciones y ser competentes en cualquier puesto de cualquier
empresa, es más, estas personas serían la primera versión de los humanos 2.0.
Se pudiera decir también que esto es una locura,
porque, si fuera posible implementarlo, y si saliera mal sería un desperdicio
de miles de vidas de niños….entonces podríamos responder…”desperdicio de vidas?
Como las miles de vidas de niños que
mueren trabajando hoy día en las minas?, como los miles de vida de los niños refugiados
del medio oriente que sufren bajo la mirada atenta de la ONU?” “ o como los
miles de vidas que desaparecen en silencio en los países de áfrica?
Para implementar algo así hay que ser valientes, no
se puede dudar, hay que planificar y ejecutar, revisar, arreglar y ejecutar.
La prueba social la vemos en los miles Intercambios
que desde los años sesenta ha realizado Rotary International con sus excelentes
resultados. Hay cientos de empresas alrededor que se dedican de una manera
comercial a fomentar los grupos de intercambio.
La prueba social de que los niños pueden adaptarse a
este sistema la vemos en el experimento del “Agujero en la pared” del
científico, intelectual Mitra. (será tema de otro post)
Y la prueba social de que un nuevo orden puede ser
instaurado cuando se planea correctamente, está en Plan Ceibal de Uruguay,
donde cada niño de cada centro educativo tiene una laptop.
No hay que
pensarlo mucho, hay que hacerlo, porque ahora, “la suerte, ya está echada”.
Pablo Figueroa
Bresler